A medida que el negocio madura, se normaliza contar con un director financiero externo en fases de expansión o consolidación, incorporar outsourcing financiero para adaptar costes al ciclo, y apostar por una dirección financiera externa para empresas que necesitan robustecer su gobierno corporativo sin sobredimensionar sus plantillas. Del mismo modo, se observa la conveniencia de una externalizacion financiera cuando es preciso separar funciones críticas, evitar conflictos de intereses y mantener un ritmo de análisis que no se resienta con las campañas o los proyectos especiales, de forma que el cfo externalizado domine la lectura de indicadores y converse con las distintas áreas para alinear decisiones.